Estrategias de supervivencia del Pueblo Maya, Por Edgar Rodríguez Cimé


Un interesante articulo nos presenta Edgar Rodríguez Cimé respecto a la modernidad que ha llegado para quedarse entre nosotros los habitantes mayas y mestizos de la peninsula de Yucatan.




Estrategias de supervivencia del Pueblo Maya
http://www.poresto.net/content/view/1921/34/


martes, 20 noviembre 2007

Por Edgar Rodríguez Cimé


Hoy, ante la dramática situación de exclusión económica y social, traducida en bajísimos ingresos, desnutrición, mala salud y deficiencias educativas, los sectores más desprotegidos del sureste del país, mestizos pobres y mayas, acuden a sus valores materiales y espirituales, para diseñar estrategias de supervivencia para enfrentar las difíciles condiciones acentuadas por el Monstruo Neoliberal.Como muestra del conocido mito maya de kuxan su`um, o cuerda de la vida, que describe cómo fue rota mediante la rapiña de los europeos invasores, los “mayas ardillas” contemporáneos hemos utilizado algunas de nuestras cualidades ancestrales, como la adaptación al medio y la capacidad de enfrentar las crisis, para enfrentar la salvaje mundialización.
Encabezan las estrategias de supervivencia, afuera del país, quienes ante la falta de empleo digno emigraron a tierras norteamericanas para conseguir el sustento de los suyos; ellos envían remesas de dólares para apoyar a familias y comunidades. Y en las lajas yucatecas, las lideran quienes han echado mano de tianguis populares, venta de comida o antojitos regionales, oficios informales, remedios de la medicina natural, así como artistas callejeros.Los mayas migrantes a los Estados Unidos, fueron quienes le señalaron al gobierno la pauta a seguir: a través de su iniciativa, lograron el apoyo al programa “Tres por Uno”, donde los migrantes ponen una cantidad de dinero, y los tres niveles de gobierno, federal estatal y municipal, igualan, cada uno, el monto para construir “kinderes, escuelas y parques” en los lugares más olvidados de Yucatán.Así, como en los antiguos tianguis mayas, llegaban los uiniko´ob de varias regiones y ponían su tendido para vender faisanes, venados, frutas, verduras, yerbas medicinales o esteras, los descendientes de mayas y mestizos pobres de los tianguis de San José Tecoh, la Bojórquez o la Francisco I. Madero, somos improvisados comerciantes con un frondoso árbol genealógico; provenimos de los productores y mercaderes que abarrotaban los tianguis de Uxmal, Oxkintok o Dzibichaltún.Venimos del mismo tronco maya, y otros troncos indígenas, de quienes durante la época colonial se plantaban en las calles para ofertar clandestinamente sus productos. Siendo honestos, a nuestros antepasados, y no a los gobernantes dzules, se deben lo primeros tianguis de la época colonial, así como los mercados de La Placita, el bazar García Rejón o el Lucas de Gálvez.Quienes vivimos en colonias “desmadernas”, hemos sido testigos del tremendo auge de las cocinas económicas y la venta de antojitos regionales en los últimos años. Ante el golpeteo incesante de la crisis, las amas de casa se arman con los guisos populares: frijol con puerco, póok chúuk o cochinita pibil, así como panuchos, salbutes y polkanes, para ofertar a la clientela y obtener unos pesos. De este modo, la gastronomía yucateca se vuelve fortaleza en la defensa de las finanzas populares y las tradiciones alimenticias.Armados, o armadas, con triciclos, recorren calles pavimentadas, blancas, o veredas de las colonias pobres para ofrecer su venta a la clientela popular: antojitos yucatecos, chicharrones sencillos o con queso y crema, elotes sancochados, sorbetes, granizados, fruta de la época. Pero quienes no cuentan con triciclo propio, se contratan como trabajadores informales en la venta de tortillas calientes, pan francés y dulce, o flanes.¿Cuándo nos cambiaron el pozole, el atole y el pinole por las aguas negras de la coca cola? ¿En qué momento nos permutaron la miel por la azúcar refinada? ¿Quién nos metamorfoseó el maíz de milpa por la mazorca industrializada? A quienes denunciar por trocarnos la riqueza nutricional de frutas, legumbres y verduras regionales, por el cuerno de la abundancia de la comida chatarra?La pobreza o miseria nos lleva a enfrentar dolencias y enfermedades mediante una estrategia con dos vertientes: los remedios derivados de la medicina natural y las migajas provenientes de los medicamentos alópatas. Gracias a la tradición oral, y a pesar del desprestigio fomentado por la ciencia occidental, los remedios caseros -aún hoy- continúan aliviando nuestras dolencias y enfermedades.Cierran la estrategia de supervivencia, la creciente multitud de quienes ven en el arte callejero la posibilidad de agenciarse ingresos ganados legalmente pues “es mejor pedir que robar”, como discursean niños, adolescentes, jóvenes, muchachas y señores (aunque no faltan señoras, ¿verdad Pamela Cherry?), quienes “la hacen” de payasos, cantores y cuentachistes en los camiones urbanos.Todos nosotros, junto con quienes promueven las culturas juveniles alternativas en la Mérida blanca: “cholos”, “roqueros”, “jipjoperos”, “skatos” y “regueseros” venimos enfrentando los embates del tsunami neoliberal a inicios del nuevo milenio, mientras vivimos, sufrimos y gozamos la cultura popular.
( La fotografia corresponde al Diario de Yucatán: www.yucatan.com.mx )

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